Espárrago bueno

Al cierre del 2019, las exportaciones de espárrago fresco ascendieron a 131,351 toneladas por US$ 396 millones. Con este resultado, se convirtió en el quinto producto agrícola de exportación más importante del Perú. Según PromPerú, el año pasado habríamos recuperado el primer lugar como proveedor mundial de este producto.

Al cierre del 2019, las exportaciones de espárrago fresco ascendieron a 131,351 toneladas por US$ 396 millones. En comparación con el 2018, los envíos de esta hortaliza apenas crecieron 1% en volumen y 5% en valor. Con este resultado, el espárrago se convirtió en el quinto producto agrícola de exportación más importante del Perú, lejos del segundo lugar del top que mantuvo hasta el 2012, cuando empezó a ser desplazado por otros productos, como la uva. Sin embargo, según PromPerú, el año pasado habríamos logrado recuperar el primer lugar como proveedor mundial de este producto, dejando relegado a México, país con el que históricamente disputamos el liderazgo global.

Destino verde

En el 2019, más del 90% de sus exportaciones se concentró en cuatro destinos: Estados Unidos, España, los Países Bajos y el Reino Unido.

El país norteamericano se mantuvo como el principal destino del espárrago peruano con 69% de participación. El año pasado, los envíos a ese mercado sumaron 90,879 toneladas por US$ 249.6 millones. Si bien el volumen se mantuvo, el monto exportado creció 9% respecto del 2018. Acerca de los precios, la hortaliza peruana se cotizó en US$ 2.71 el kilo, 32% más que el obtenido por el espárrago mexicano.

España, por su parte, desplazó por primera vez a los Países Bajos y se convirtió en el segundo destino de la hortaliza peruana, con 8% de participación. Durante el 2019, las exportaciones al país ibérico alcanzaron 10,930 toneladas por US$ 31.4 millones.

En comparación con el año previo, los envíos crecieron 14% en volumen y 9% en valor. El Perú se mantuvo como el principal proveedor de espárrago del mercado español, con 80% de participación, y un precio de US$ 2.87, 9% más alto que el mexicano.

El top tres y cuatro lo completan los Países Bajos y el Reino Unido, con 7% de participación para cada uno. En ambos países las exportaciones cayeron 4% en volumen durante el último año. En el caso del mercado neerlandés, el precio de la hortaliza peruana fue de US$ 3.98, un retroceso de 2% en comparación con el 2018, mientras que en el país británico se obtuvieron precios de US$ 4.26, 4% menos que en el 2018.

¿Salidas rentables?

El espárrago fue el primer gran producto agrícola peruano de exportación no tradicional. En 1985 se inició su cultivo y para el 2003 ya éramos líderes mundiales. Sin embargo, en los últimos años, muchas empresas, por diferentes motivos, han dejado de exportarlo o no tienen regularidad en sus despachos. Según estimaciones de Fresh Fruit, solo en el 2019, 30 empresas de un total de 88 dejaron de exportar esta hortaliza. En el 2017 y 2018, los porcentajes de empresas que salieron del mercado fueron de 32% y 25%, respectivamente. Pero esa tendencia viene de hace varios años atrás.

En el 2016, Camposol se convirtió en la primera empresa en anunciar su salida del negocio de espárragos para apostar por uno de mayor rentabilidad: el arándano. En el 2017, Coexa, otra de las pioneras del sector, también optó por retirarse, pues sus plantas esparragueras empezaron a envejecer y fue difícil remplazarlas. Al poco tiempo, otros grandes jugadores siguieron el mismo camino.

Estás decisiones generaron importantes cambios en los envíos que llevaron a cabo las regiones al exterior. Hace diez años, el 88% de los despachos efectuados por La Libertad correspondía a espárragos. Sin embargo, en el 2019, representaron apenas un 12%, según un análisis de Fresh Fruit. “Nosotros somos una de las pocas empresas grandes que se mantienen en el mercado. No nos hemos retirado del negocio porque la demanda se mantiene estable. Sin embargo, el espárrago se ha vuelto un producto de pequeños agricultores, y eso ha traído desorden y algunos problemas de competitividad a la industria”, señaló Lionel Arce, gerente general de Complejo Agroindustrial Beta.

Verde exigencia

Los problemas a los que se refiere Arce también tienen que ver con las mayores exigencias de calidad (certificaciones) y los nuevos requisitos fitosanitarios impuestos por Estados Unidos, el principal mercado. Según Carlos Zamorano, director ejecutivo del Instituto Peruano del Espárrago y Hortalizas (IPEH), la obligación de fumigar con bromuro de metilo los espárragos peruanos, cuando arriban a sus puertos, les ha pasado factura pues ha restado competitividad al tener que asumir un costo adicional, el cual afecta la calidad del producto.

Zamorano dice que el único camino para que el sector recobre el brillo de antaño es que el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) trabaje en la formalización del sector y certifique los campos. “Con ello, los mercados importadores del espárrago peruano tendrán la confianza de que el producto tiene mayores controles y poca prevalencia de plagas”, anotó. Y todo indica que SENASA ya viene trabajando en ello.

La entidad informó a Fresh News que en el segundo semestre del 2019 capacitó a pequeños agricultores en el manejo integrado de plagas en sus predios y que, en paralelo, negocia con APHIS, el Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas de los Estados Unidos, un protocolo que no involucre el uso del bromuro de metilo en las exportaciones. En junio esperan tener mayores avances al respecto.


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