La cebolla es un producto común, que se cultiva prácticamente en todo el planeta. Esto le resta interés comercial y suele ser un producto de precio muy bajo por kilogramo. Aun así, y dada la extensión de su cultivo en el país, es un producto que se ha logrado exportar. En el 2021, ocupaba el puesto 14 entre los productos que el Perú destinaba a mercados externos. Además, el país estaba a solo un puesto de ingresar al Top 10 de principales exportadores de cebolla del mundo.
Pero esta tendencia relativamente favorable puede verse afectada en el 2022. Según los reportes del Ministerio de Agricultura (MIDAGRI), los cultivos de cebolla presentaron una reducción de más de 670 hectáreas debido a la decisión de reemplazarlos por cultivos más rentables. Además, hasta agosto de este año se han enviado solo 123,319 toneladas por un valor de US$ 42 millones, es decir 11% menos en volumen y 7% menos en valor. La primera caída en los últimos 6 años.
La principal razón de este fenómeno es el alto costo logístico que se ha registrado en los últimos dos años y que ha empezado a hacerse sentir en productos de bajo valor como la cebolla y el banano. Muchos exportadores afirman que solo el costo de envío ya supera al valor del producto en sí. Por ello, a pesar de la buena salud de la demanda mundial por cebolla, el Perú no ha podido aprovechar correctamente el ligero incremento del precio internacional.
Este crecimiento del precio y ligero aumento de la demanda se evidenció especialmente en el mercado europeo, donde los mayores productores han disminuido sus envíos. Los Países Bajos, unos de los mayores productores de cebolla y principal exportador mundial, ha reducido sus envíos en casi el 9% para priorizar el consumo interno. Comportamiento parecido al español que, debido a los malos resultados en rentabilidad de las dos campañas pasadas, combinado al aumento de los costes de combustible y la escasez de fertilizantes, optaron por reducir los cultivos en esta campaña.
Se podría pensar que la reducción de la oferta por parte de los dos principales productores europeos de cebolla provocaría una escasez generalizada en toda la región. Sin embargo, los países de mayor consumo, como Alemania y Francia han tenido un año productivo en sus propias cosechas. Esto, combinado con el aprovechamiento de proveedores mas cercanos a la región y con mayor tecnología logística, aseguraron sostener las existencias en toda Europa. La región de Baja Sajonia y Baviera en Alemania consiguió satisfacer la demanda de su nación, mientras que envíos procedentes de Nueva Zelanda y Sudáfrica terminaron de abastecer la región. Con ello, se puede prever que a pesar de la existencia de precios ligeramente altos (US$ 0.36 por kilogramo) este no se disparará considerablemente.
Debido a esto, exportadores como el Perú decidieron priorizar destinos de mayor cercanía y menores costos logísticos. Los envíos a España, el cual era el segundo mayor consumidor de cebollas peruanas, se redirigieron a países vecinos como Colombia.
La producción peruana de cebollas es relativamente estable a lo largo del año, esto es debido a que la gran mayoría se cultiva en la costa del país. Por lo cual se cuenta con campañas largas (de julio a marzo). Sin embargo, la calidad es variable, pues se obtienen calibres muy diversos. Este factor es muy importante en el comercio internacional del producto. Por ejemplo, los Estados Unidos solo demandan tamaños grandes y gigantes, lo cual generaba que una gran parte de la producción peruana deba ser redirigida al mercado interno o a otro destino de menor exigencia de calidad y, por tanto, menores precios.
La distribución de los destinos de la exportación peruana de cebollas se vio gravemente afectada en el 2019, cuando Panamá prácticamente se cerró como plaza para Perú debido a requisitos fitosanitarios y certificación en los campos. En lo que va del 2022, también se observa un fuerte cambio en la distribución de los envíos debido a la fuerte reducción en la región europea y el enfoque a la región latinoamericana.
PRINCIPALES DESTINOS
Hasta agosto del 2022, los principales destinos de la cebolla peruana fueron los Estados Unidos, Colombia y España, que juntos representaron el 95% de participación de todos los envíos.
Los envíos hacia los Estados Unidos alcanzaron las 64,154 toneladas por US$ 27 millones, similar volumen al año anterior, pero con un crecimiento del 6 % en valor con respecto a la temporada anterior. Con este resultado, los Estados Unidos se mantuvo como el principal destino, con una participación de 65% (14 puntos porcentuales más que el año anterior). Con respecto al precio, en promedio se recibió US$ 0,42 por kilogramo (6% más que el periodo anterior). Con ello, el Perú se mantuvo como su segundo mayor proveedor, solo siendo superado por México. Se puede atribuir parte del buen desempeño del Perú en esta plaza a que el fin de la campaña peruana de cebolla coincide con el inicio de la estadounidense.
Las exportaciones hacia Colombia sumaron 35,452 toneladas por US$ 8 millones, 30% más en volumen y 37% más en valor en comparación a similar periodo el año pasado. Con ello, Colombia desplazó a España como la segunda mayor plaza para la cebolla peruana, con una participación de 19% (6 puntos porcentuales más). En este mercado, el precio promedio fue US$ 0.22 por kilogramo, 6% menor.
Finalmente, los envíos hacia España fueron 11,140 toneladas de cebolla por US$ 4 millones, 45% menos en volumen y 55% menos en valor respecto al 2021. Con este resultado, la participación de este destino se redujo 11 puntos porcentuales hasta llegar al 11%. Esta significativa caída es debido a la redirección que se les dio a los envíos a mercados más cercanos como el colombiano. El precio que se pagó en este destino durante el periodo analizado fue US$ 0.40 por kilogramo, 18% menos que el periodo anterior.