En lo que va del 2022, los envíos de pitahaya sumaron apenas 3.5 toneladas por US$ 15,000, mientras que los de aguaymanto llegaron a 46 toneladas por US$ 326,000. Si bien ambos productos vienen creciendo cada año, su destino es básicamente Europa por las complicaciones de acceso a Estados Unidos.
Sin embargo, la posibilidad de abrir el principal destino comercial parece cercano. En los últimos días, el director general de sanidad vegetal del SENASA, Josué Carrasco, ha confirmado que se ha llegado un acuerdo con su contraparte estadounidense, Animal and Plant Health Inspection Servie (APHIS), para que ambos productos tengan el beneficio de la exoneración del tratamiento cuarentenario obligatorio a partir del tercer trimestre del próximo año, tras demostrarse que estos frutos no transmiten la mosca de la fruta.
Actualmente, ambos frutos apenas han realizado envíos de prueba al mercado estadounidense. Los envíos de aguaymanto representan solo el 0.1% (75.38 Kg) del volumen total, mientras que los de pitahaya fresca, un 2% (60 Kg).
Estas cifras son muy inferiores a las de los principales productos de la canasta agroexportadora, en los que Estados Unidos suele representar entre el 30% y 40% de los envíos totales. De ser así, el próximo año podrían duplicarse los envíos de ambos productos.