Actualmente, el Perú ocupa el puesto 11 entre los principales proveedores globales de cebolla. Una posición envidiable, dado que se trata de un producto que se cultiva prácticamente en todo el planeta. Sin embargo, esta posición ha sido invariable en el último quinquenio y todo parece indicar que se mantendrá en el mediano plazo. Y esto porque, desde el 2021, no se ha reportado un aumento en las áreas cultivadas o en inversiones para mejorar la producción de esta hortaliza.
Esta falta de interés se evidencia en los resultados en los envíos del año 2022. Se exportaron 300,868 toneladas por un valor de US$ 109 millones, básicamente el mismo volumen del 2021 con un crecimiento de 5% en valor por la mejora en el precio. Y es justamente el precio lo que desmotiva más inversiones. En promedio, en el 2022, fue US$ 0.36 por kilogramo y el incremento se originó por los mayores costos asociados a la falta de fertilizantes y los aún elevados costos logísticos. En ese sentido, el mayor precio no necesariamente se ha traducido en mejores márgenes, y no se han generado incentivos para ampliar las áreas cultivadas.
La producción peruana de cebollas es relativamente estable a lo largo del año y su cultivo se da principalmente en la costa del país en campañas que van de julio a marzo. Sin embargo, la calidad obtenida es variable, con calibres (tamaños) muy diversos, lo que dificulta su comercio internacional. Por ejemplo, Estados Unidos, el principal importador global, suele demandar los tamaños grandes y gigantes, por lo que el resto debe ser redirigido al mercado interno o a otro destino de menor exigencia de calidad y con menores precios.
La distribución de los destinos de la exportación peruana de cebollas se vio gravemente afectada en el 2019, cuando Panamá, que se había convertido en una plaza alternativa, prácticamente se cerró como destino para la cebolla peruana al imponer requisitos fitosanitarios y certificación en los campos. Y para el 2022, se observó un fuerte cambio en la distribución de los envíos debido a la reducción en la demanda de la región europea y al crecimiento en la región americana. Esto como consecuencia de los altos costos logísticos que, para productos de bajo precio, generan que el abastecimiento sea provisto desde mercados cercanos.
El primer semestre del 2022 estuvo marcado por una fuerte caída en la exportación de cebolla peruana. Hasta junio, se registraba una caída del 25% en el volumen y 24% en el valor. Esto se debió principalmente al alto costo logístico registrado al inicio del año. La alta cotización de los fletes hizo priorizar a los importadores la producción más cercana. Este efecto se dio especialmente en productos de bajo valor como la cebolla o el banano. Con ello, se produjo una gran merma en la rentabilidad de los productores.
A pesar de que en este primer periodo del año existió un ligero aumento en la demanda europea de cebolla, el Perú no pudo aprovechar esta situación debido al incremento de la producción interna de grandes mercados como Alemania y Francia. Esta situación, combinada al aumento de los envíos procedentes de países con mayor poder logístico como Nueva Zelanda o Sudáfrica, terminaron de abastecer a la región y dejar fuera al Perú.
Debido a esto, los exportadores peruanos decidieron priorizar destinos de mayor cercanía y menores costos logísticos. Los envíos hacia España, por ejemplo, que era el segundo mayor consumidor de cebollas peruanas, se redirigieron a países vecinos como Colombia.
En el segundo semestre, se obtuvo una gran remontada en los envíos, con una tasa de crecimiento del 10% en volumen y 16% en el valor comparado al segundo semestre del 2021. En esta segunda etapa del año se registró una caída en los costos logísticos, lo cual favoreció los envíos peruanos, especialmente hacia los Estados Unidos.
Además, debido a que la situación en Europa no cedía y a que los costos logísticos en este destino no se habían reducido tan considerablemente, la redirección de los envíos hacia Colombia fue mayor en esta época. Esto le bastó a la cebolla peruana para recuperarse por completo de la fuerte caída en volúmenes que sufrió durante la primera mitad del año. Esta recuperación fue acompañada por un aumento en el precio recibido por el producto peruano, llegando a cotizarse en promedio en US$ 0.37 por kilogramo (13% mayor a lo recibido en el primer semestre).
PRINCIPALES DESTINOS
En el año 2022, los principales destinos de la cebolla peruana fueron los Estados Unidos (64% de participación), Colombia (15%) y España (13%).
Las exportaciones hacia los Estados Unidos sumaron 162,632 toneladas por US$ 70 millones, prácticamente el mismo volumen y 9% mayor en valor en comparación al 2021. En este mercado, el precio promedio fue de US$ 0.43 por kilogramo, 9% más.
En cuanto a los envíos hacia Colombia, estos alcanzaron las 73,959 toneladas por US$ 17 millones, 56% mayor en volumen y 65% mayor en valor respecto al periodo previo. El precio que se pagó en este mercado latinoamericano por el producto peruano fue de US$ 0.23 por kilogramo, 6% mayor.
Finalmente, las remesas hacia España fueron de 33,278 toneladas de cebolla por US$ 14 millones, 32% menor en volumen y 31% menor en valor. El precio que se pagó en este destino durante el periodo analizado fue US$ 0.43 por kilogramo, 1% mayor que el anterior.