El mango ha sido durante años un producto que generó gran expectativa. Las áreas de producción fueron creciendo al ritmo del relativo éxito que tuvo en su momento esta dulce fruta. Incluso se logró extender su área de producción habitual (Piura) a una nueva zona de cultivo (Áncash) que permitió extender la ventana de exportación. Sin embargo, la última campaña ha sido bastante complicada y deja nuevamente dudas sobre el potencial de esta fruta.
Durante los primeros siete meses del año, los resultados no han sido del todo positivos para el mango. Los despachos sumaron 245,227
toneladas por un valor de US$ 319 millones. Esto significó un ligero crecimiento del 2% en el volumen, pero con un desplome del 8% en el valor. Ello se debió a una caída del 10% en el precio promedio recibido por el producto, el cual se cotizó en US$ 1.30 por kilogramo.
Desde hace algunos años, la provincia de Casma, en Áncash, ha venido ganando participación en los envíos de mango peruano. El crecimiento sostenido en su producción, junto a su oportuna cosecha que solía ser ligeramente posterior a la del norte del país, generó un muy positivo impulso a las exportaciones de este fruto. Sin embargo, el estado actual del mercado internacional más la perturbación en los ciclos de producción interna debido a los diversos problemas climáticos han provocado que este impulso no sea suficiente para observar números más alentadores.
RETOS PRODUCTIVOS
El clima se vuelve nuevamente en el protagonista de la actual situación del mango peruano. Las elevadas temperaturas afectaron de distintas formas a la producción nacional de este producto. Todo indica que, debido al intenso calor, la maduración del mango se aceleró, generando que la mayor parte de la cosecha se concentrara al inicio del año. Esto fue especialmente cierto con el mango de Casma, que debido al adelanto en su cosecha se cruzó más de lo debido con la producción del norte. Con ello, las existencias disponibles se vieron concentradas y se generó una caída en los precios. Se calcula que la depreciación fue especialmente fuerte en el primer trimestre (casi 11%).
A pesar de que mucha de la producción maduró de manera acelerada, el mismo clima impidió que los crecimientos en volúmenes llegaran a lo esperado. Las altas temperaturas generaron mayores mermas y que el ciclo de muchos frutos se vea interrumpido. Las sequías también se hicieron presentes en importantes zonas de producción como los valles de Yaután y San Rafael, en Áncash. Ello ha llevado no solo a una menor cantidad de frutos, sino también a que los calibres sean mucho más reducidos.
En los últimos meses se ha visto cierta recuperación en la producción. Además, el precio internacional se ha elevado ligeramente. Sin embargo, en lo que queda del año, los envíos no suelen ser tan grandes como lo ya transcurrido, por ello es esperable que el mango termine el año en números rojos. Más aún con un inminente fenómeno El Niño amenazando el fin de año.
PRINCIPALES DESTINOS
Hasta julio, el mango peruano llegó a 47 mercados, de los cuales tres de ellos concentraron el 62% de todos los envíos. Estados Unidos lideró con una participación de 31%; seguido de los Países Bajos, con 25%; y Canadá, con 6%. Con ello, se mostró una mejora en la desconcentración de los envíos, tomando mayores cuotas mercados más pequeños. Ante la concentración de la oferta local, los productores trataron de no inundar mercados, sino diversificarlos, con relativo éxito. De no haberlo logrado, el efecto sobre el precio hubiera sido inclusive más perjudicial que el observado.
Hacia los Estados Unidos, las remesas sumaron 81,612 toneladas por US$ 99 millones, lo cual representó un aumento del 8% en el volumen, pero con una caída del 8% en el valor. En esta plaza, el precio promedio al que se vendió el mango peruano fue de US$ 1.22 por kilogramo, 15% menor.
En cuanto a los envíos hacia los Países Bajos, estos llegaron a adquirir 78,806 toneladas por US$ 87 millones, 5% menos en volumen y 9% menos en valor respecto al periodo previo. El precio que se pagó en la plaza neerlandesa por la fruta peruana fue de US$ 1.05 por kilogramo, 4% menos.
Finalmente, hacia Canadá se llegó a exportar un total de 14,399 toneladas por US$ 20 millones, prácticamente el mismo volumen por 12% menos valor que el año anterior. En este mercado, el precio promedio que se pagó fue de US$ 1.36 por kilogramo, 12% menor a lo pagado en el mismo periodo del año anterior.