La agroexportación chilena tendrá un 2024 positivo, pero con una alta dependencia de la cereza, de China y de un buen clima

Los malos años que ha debido sobrellevar Chile han permitido al Perú reducir la brecha, estimándose que lo superaría en el 2026.

Agroexportación chilena

La agroexportación chilena viene experimentado un año de recuperación en lo que va del 2024. Hasta el cierre de octubre, acumuló US$ 10,336 millones en envíos agrícolas, lo que representó un crecimiento del 11.4 % en comparación con el mismo periodo del 2023. Este recobro se ha producido tras un complicado periodo, marcado por condiciones extremas: sequías prolongadas con incendios forestales que fueron sustituidas por lluvias intensas que arrasaron cultivos. Estas condiciones provocaron una reducción en la frontera agrícola debido al déficit hídrico, la erosión del suelo y el aumento de las temperaturas, obligando a los productores a desplazar sus cultivos hacia el sur en busca de mejores condiciones climáticas que permitieran mantener la productividad agrícola.

Chile es el sexto mayor exportador global de frutas, siendo el más relevante del hemisferio sur. Sin embargo, su liderazgo ha sido constantemente puesto a prueba por el Perú, que se ubica en la posición 9 en frutas. Al cierre de octubre del 2024, la diferencia en valor exportado entre ambos países es de 11% en frutas y hortalizas, aunque es muy probable que al cierre del año se amplíe un poco ante el peso que tiene en los dos últimos meses del año las remesas chilenas de cereza, el principal producto de agroexportación de Chile, con casi US$ 2,400 millones en el 2023 y un 22% de sus exportaciones agrícolas totales.

En los últimos años, Chile ha observado una clara tendencia de los exportadores peruanos por competirle y ganarle a su producto estrella del momento. Un ejemplo histórico es el del espárrago, uno de los primeros productos con los que Chile comenzó a destacar en el mercado global en la década de los 80, tanto en su versión fresca como en conserva, destinados principalmente a Estados Unidos. Coincidentemente, el espárrago fue el primer producto con el que el Perú apareció en el comercio global de productos agrícolas una década después. En 1998, el Perú no solo ya llevaba algunos años delante de Chile, sino que logró el liderazgo global gracias a la implementación de campañas continuas que le garantizaron un abastecimiento durante todo el año. Actualmente, el Perú se mantiene como líder global tratando de mantener a raya a México, mientras que Chile dejó de ser un jugador relevante en este producto.

Otro caso emblemático es el de la palta. A finales de los años 90 e inicios de los 2000, Chile se consol idó como un proveedor clave de la variedad Hass para Europa y Estados Unidos. Sin embargo, con la proliferación de cultivos peruanos en la costa desértica norte que empezó a ser irrigada a comienzos de los 2000, el Perú consiguió ofrecer un producto de calidad que le permitió escalar rápidamente en el mercado. Para el 2011, el Perú no solo desplazó por completo a Chile como el principal proveedor de Europa, sino que se ubicó en un cómodo segundo lugar a nivel mundial, aunque muy por debajo de México. Aquel año, el Perú alcanzó exportaciones de palta por un total de US$ 161 millones, superando los US$ 138 millones enviados por Chile. Actualmente, el Perú exporta alrededor de US$ 1,200 millones, mientras que Chile bordea los US$ 250 millones.

Ejemplos más recientes se observan en dos productos importantes de la canasta agrícola chilena que, hasta hace poco, fueron pilares de su agroexportación: la uva y el arándano. En el caso de la uva, Chile ha estado involucrado en su producción desde la década de los 70, convirtiéndose en uno de los primeros grandes cultivos exportables del hemisferio sur gracias al clima de la zona central chilena. Esto permitió que la industria se desarrollara como un motor de empleo y crecimiento agrícola, especialmente en regiones como O’Higgins y Maule. Sin embargo, el estrés hídrico y el cambio climático han obligado a los productores a trasladar los cultivos hacia el sur, además de reducir los volúmenes potenciales de producción campaña tras campaña. Por otro lado, desde el 2010, el Perú, con dos grandes campañas iniciadas en el norte y sur del país, ha incrementado su producción de uva de manera sostenida, logrando en el 2021 superar a Chile como líder indiscutible en este producto al sumar US$ 1,197 millones frente a los US$ 954 millones exportados por Chile. Actualmente, la competencia entre ambos países es férrea y los resultados muy parejos y cercanos a los US$1,500 millones.

Un caso similar ocurrió con el arándano, una de las estrellas agrícolas más recientes del hemisferio sur. Chile fue pionero en innovar con su producción, manteniendo el liderazgo durante varios años al ofrecer una contraestación al hemisferio norte durante el invierno. Sin embargo, tras un intenso proceso de adaptación, los productores peruanos pudieron introducir el cultivo masivo de arándanos, consolidando un nuevo pilar para la agricultura peruana. Esto permitió al Perú desplazar a Chile como líder en el 2019, alcanzando exportaciones de US$ 810 millones, mientras que Chile registró apenas US$ 571 millones. Actualmente, el Perú bordea los US$1,700 millones, mientras que Chile se mantiene en los US$ 600 millones.

LA ESTRUCTURA EXPORTADORA CHILENA ACTUAL

En la actualidad, el principal pilar de la agroexportación chilena es la cereza. Chile ha aprovechado su gran demanda mundial, especialmente del mercado chino durante el Año Nuevo Lunar, especializándose en el cultivo de esta fruta y convirtiéndose en el principal exportador global. Además, las cerezas son el producto con mayor concentración en la canasta agroexportadora chilena, siendo el que genera mayor valor. En el 2023, los envíos totalizaron las 455,675 toneladas, valoradas en aproximadamente US$ 2,346 millones.

En el 2024, las cerezas continúan siendo el pilar principal de la agroexportación chilena. Hasta octubre, se han exportado cerca de 418,034 toneladas, con un valor total de US$ 2,458 millones. Esto representó un crecimiento del 14% en volumen y del 34% en valor con respecto al mismo periodo del año anterior. El precio promedio alcanzó los US$ 5.88 por kilogramo, un 17% mayor. Aunque la campaña aún no ha alcanzado su pico, las expectativas son muy positivas, proyectándose un crecimiento de alrededor del 50% gracias a la apertura de una ruta directa y especializada hacia China desde el puerto de San Antonio, que reduce los tiempos de envío a casi 20 días. Esto genera grandes expectativas de futuro, especialmente considerando que la clase media china todavía no ha sido completamente atendida en su demanda de cerezas y que en el resto del planeta la demanda sigue creciendo.

El segundo producto destacado de la agroexportación chilena en el 2024 es la uva. Hasta ahora, este producto ha acumulado cerca de 645,192 toneladas, valoradas en US$ 1,442 millones, lo que representa un crecimiento del 3% en volumen y del 42% en valor. Este aumento en valor se atribuye a los excelentes precios de la campaña, especialmente para la uva chilena, reconocida por su alta calidad. Durante los primeros meses del año, la escasez de la campaña peruana permitió que los precios aumentaran aún más, alcanzando un promedio de US$ 2.23 por kilogramo, un 38% más alto que el año anterior. Sin embargo, con la recuperación de la producción peruana en los próximos meses, se espera que los costes se estabilicen.

En tercer lugar se encuentran las manzanas, aunque con cifras muy inferiores a los dos líderes. En el 2024, se han exportado 579,349 toneladas por un valor de US$ 591 millones, lo que representó un crecimiento del 15% en volumen y del 13% en valor. Sin embargo, el precio promedio se redujo un 2%, alcanzando US$ 1.02 por kilogramo, debido al aumento de la oferta en los principales mercados.

El panorama actual de la agroexportación chilena muestra una fuerte dependencia de las cerezas, que representan uno de cada cuatro dólares que genera la agroexportación de ese país. En cambio, el Perú muestra una canasta un poco menos dependiente, con la uva, arándano , palta y café con pesos muy similares. La dependencia chilena en la cereza representa un riesgo para su agroexportación, especialmente si el Perú logra obtener cultivos comerciales, como lo hizo antes con el arándano. Si el Perú consigue competir en este mercado, ¿qué seguirá para Chile, que ha visto una disminución en su capacidad de diversificación debido a su dependencia comercial con China y las limitaciones climáticas y geográficas? Con el próximo inicio de operaciones del puerto de Chancay, que asegura una ruta directa entre el Perú y China, y los continuos esfuerzos peruanos por desarrollar cultivos masivos de cerezas, la rivalidad entre ambos países como líderes agroexportadores de la región aún tiene al menos un capítulo por escribirse. Según los estimados de Fresh Fruit, si el clima no vuelve a golpear al Perú o Chile, la agroexportación peruana (frutas y verduras) peruana, debería prácticamente empatar con la chilena en 2025 y tomar la delantera en 2026.


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