El TLC con Estados Unidos es probablemente uno de los hitos iniciales de la nueva realidad agroexportadora del Perú. El mercado estadounidense ha sido históricamente uno de los compradores más relevantes de productos agrícolas en el mundo. Su tamaño, estabilidad y capacidad de absorción lo convierten en un destino estratégico para cualquier proveedor global. En este escenario compiten productores de escala mundial —México, Chile, Marruecos, Sudáfrica— y el Perú, tras más de una década de crecimiento sostenido, ya es parte de este grupo de abastecedores consolidados.
Aunque otros mercados avanzan con mayor lentitud —Europa por un consumo más débil y costos altos, y Asia aún sin absorber grandes volúmenes— es en Estados Unidos donde el agro peruano ha encontrado su mayor espacio de crecimiento. Cada punto adicional de participación en este destino tiene un impacto directo en empleo, inversiones y expansión agrícola en el país.

El cliente decisivo del agro peruano
De acuerdo con la consultora Fresh Fruit, entre enero y octubre del 2025, las agroexportaciones peruanas hacia Estados Unidos sumaron cerca de US$ 3,687 millones (+20%), equivalentes al 33% de toda la oferta agrícola enviada al mundo. Este crecimiento se dio incluso durante los meses en que estuvo vigente el arancel temporal del 10% aplicado desde abril, lo que refleja la fuerte preferencia del consumidor norteamericano por los productos peruanos.
Con este resultado, el país no solo ya superó todo lo exportado a este destino en el 2023, sino que avanza con solidez hacia los niveles récord registrados en el 2024. Este impulso será aún mayor tras la restitución del arancel 0% para 100 productos agrícolas peruanos, medida que fortalece la competitividad de la oferta nacional en Estados Unidos.
Cabe recordar que cerca del 70% de los envíos agrícolas se concentra entre enero y octubre, mientras que el 30% restante llega entre noviembre y diciembre, meses en los que coinciden los picos de campañas como arándanos y uva; así como envíos de otros productos característicos como el esparrago.
Si el ritmo de las últimas semanas se mantiene, este último tramo del año permitiría que el Perú supere los US$ 5,200 millones en envíos agrícolas solo hacia Estados Unidos durante el 2025, un nivel que no solo marcaría un récord histórico, sino que reafirmaría el peso estructural de este destino y la preferencia creciente del consumidor estadounidense por productos peruanos frescos, consistentes y de alta calidad.

Un mercado que sostiene la competitividad peruana desde hace más de una década
La importancia de Estados Unidos en el agro peruano no es reciente; es una tendencia que se ha fortalecido de forma continua. Este destino ya representa entre el 34% y 37% de toda la canasta agroexportadora nacional cada año.
En el 2015, el Perú exportaba al mercado de Estados Unidos US$ 1,571 millones. Con un posible cierre del 2025 por encima de los US$ 5,200 millones, el crecimiento acumulado ascendería a 235%.
Este avance no se explica por factores coyunturales, sino por la capacidad del agro peruano de adaptarse a un mercado que valora calidad, continuidad y un portafolio cada vez más sofisticado. Incluso en años con competencia intensa o condiciones climáticas adversas en el Perú, la demanda estadounidense ha sido estable y de alto valor.
La aplicación temporal del arancel del 10% entre abril y mediados del 2025 tuvo un impacto limitado y no alteró la tendencia de fondo. La posterior restitución del arancel 0% para cien productos devolvió cierta predictibilidad, pero el verdadero motor del crecimiento ha sido —y sigue siendo— la demanda norteamericana y la capacidad peruana de abastecerla con volumen, calidad y nuevas variedades.
En un contexto donde Europa enfrenta un consumo más moderado y Asia aún no absorbe volúmenes comparables, Estados Unidos continúa siendo el destino con mayor profundidad, capacidad de pago y estabilidad regulatoria. Es, en la práctica, la plaza que ha definido la competitividad del agro peruano durante la última década y la que seguirá marcando el ritmo de su expansión en los próximos años.

La canasta agrícola peruana con destino a Estados Unidos
Las agroexportaciones peruanas hacia Estados Unidos están impulsadas por un conjunto de productos cuya estacionalidad calza casi a la perfección con las ventanas de consumo del hemisferio norte. Esta coincidencia explica por qué el mercado estadounidense absorbe cada año volúmenes crecientes y por qué la curva exportadora del Perú replica tan claramente los picos de demanda de ese país.
Entre enero y octubre del 2025, las agroexportaciones peruanas hacia Estados Unidos estuvieron lideradas por cuatro productos que concentraron el 55% de todo lo enviado por el Perú. Según Fresh Fruit, solo estos productos sumaron US$ 2,227 millones, lo que representó un incremento de alrededor del 25% frente al mismo periodo del 2024.
Arándano
Entre enero y octubre del 2025, los envíos de arándano fresco sumaron 132,496 toneladas (+7%) por US$ 861 millones (-6%), manteniendo su posición como el producto más importante del portafolio peruano en Estados Unidos. Esto ocurrió pese a una caída de 12% en el precio promedio (US$ 6.50/kg), lo que refleja un escenario de mayor oferta global.
La campaña de arándanos frescos —de agosto a febrero— alcanza los mejores resultados entre septiembre y noviembre. Solo en septiembre, por ejemplo, los despachos superaron los US$ 250 millones (US$ 6.92/kg), aprovechando la caída de la oferta local estadounidense y la capacidad del Perú para convertirse en el proveedor dominante en esa ventana.
Café
El café peruano en grano registró un desempeño sobresaliente. Entre enero y octubre del 2025, los envíos alcanzaron 60,713 toneladas (+6%) por US$ 524 millones (+101%), impulsados principalmente por el fuerte incremento del precio promedio (+89%), que llegó a US$ 8.64/kg, y por la creciente demanda estadounidense de cafés de origen, certificaciones sostenibles y productos de especialidad. A diferencia de los frescos, el café mantiene un flujo estable durante todo el año, lo que lo convierte en un pilar dentro de la canasta exportadora peruana. Esta estabilidad ha permitido que el grano se mantenga de manera consistente en el podio de los productos más adquiridos por el consumidor estadounidense.
Uva
La uva fresca sigue un patrón distinto, pero altamente favorable. La ventana comercial hacia Estados Unidos se concentra entre noviembre y enero, justo cuando culmina la campaña de California. Debido a que aún no ingresa a su punto máximo de temporada, el producto se ubica de momento en el tercer lugar; sin embargo, usualmente cierra el año dentro del top 2. Esta posición intermedia —una verdadera “ventana puente”— permitirá que, en los próximos meses, los envíos superen los US$ 250 millones mensuales. Entre enero y octubre del 2025, los despachos de uva sumaron 163,492 toneladas (+106%) por US$ 408 millones (+50%), pese a una caída del 27% en el precio promedio, que se ubicó en US$ 2.50/kg.
Palta
La palta también destacó entre los principales productos enviados a Estados Unidos. Durante los primeros diez meses del 2025, los envíos alcanzaron 118,145 toneladas por US$ 233 millones. Aunque su campaña es más prolongada, su momento de mayor fuerza en este mercado ocurre entre abril y agosto, cuando México reduce sus exportaciones y antes del ingreso de la oferta californiana. Esta ventana, fortalecida en los últimos años, explica por qué mayo y junio del 2025 registraron montos superiores a los US$ 50 millones mensuales, consolidando a la palta como un producto clave dentro del portafolio peruano.
Otros productos

Más allá del desempeño del arándano, café, uva y palta, el resto de la canasta peruana cumple un rol decisivo para sostener la presencia del país en Estados Unidos durante todo el año. El espárrago, en particular, ha mostrado una notable estabilidad y podría incluso cerrar el 2025 dentro del top 4 de productos más enviados a este mercado, pasando a la palta fresca. Esto gracias a sus picos variados entre agosto y diciembre y a su posición histórica como uno de los frescos más valorados por el comprador estadounidense. Junto a él, productos como cacao, jengibre, maracuyá y otros procesados aportan continuidad en meses de menor oferta de frescos, suavizando la estacionalidad del calendario agrícola.
En conjunto, esta estructura de campañas genera un flujo de envíos “altos” casi continuo hacia Estados Unidos, con un piso mensual que en lo que va del 2025 ya supera las 58,300 toneladas en el mes de marzo. Arándanos entre agosto y febrero, café entre junio y diciembre, uvas entre octubre y febrero; y paltas entre abril y agosto conforman un ciclo que deja pocos meses “bajos” a lo largo del año.
A ello se suman otros productos —especialmente los procesados— que aportan estabilidad en los periodos de menor oferta de los grandes cultivos. Gracias a esta complementariedad, el mercado estadounidense concentra cada año alrededor del 35% de la oferta agrícola peruana, lo que demuestra que su importancia no es coyuntural, sino el resultado de una alineación productiva que encaja de manera casi perfecta con las ventanas de consumo del país norteamericano.
El peso empresarial del mercado estadounidense y su impacto en el empleo agroexportador
El mercado estadounidense no solo define qué productos lideran la canasta peruana; también determina qué empresas marcan el ritmo del sector. A octubre del 2025, más de 2,500 empresas peruanas exportaron algún producto agrícola, y alrededor de 1,080 lograron colocar envíos en Estados Unidos. Esto revela una estructura amplia y diversificada, donde el aporte del sector no recae en unas pocas compañías, sino en un número creciente de actores.
Entre enero y octubre del 2025, Camposol, Olam Agro Perú, Agrícola Cerro Prieto y Machu Picchu Foods superaron los US$ 100 millones en ventas solo hacia Estados Unidos, y juntas estuvieron muy cerca de alcanzar los US$ 500 millones. Para completar el 50% de todo lo enviado por el Perú en ese periodo se requieren alrededor de 31 empresas más, lo que evidencia que cada vez más compañías logran consolidarse en este destino y que la base exportadora peruana continúa ampliándose y diversificándose.
Esta importancia empresarial tiene efectos directos en el empleo formal del sector. Según estimaciones de Fresh Fruit, de los 530 mil empleos formales que generan las empresas agroexportadoras peruanas, el mercado de Estados Unidos es atendido por empresas que tienen cerca de 473 mil personas.
Con respecto a las regiones productoras para la exportación, regiones como Ica y La Libertad, que concentran más del 40% de los envíos hacia este destino, cada punto adicional de participación en Estados Unidos significa más hectáreas en producción, más actividad industrial agrícola y mayores ingresos para miles de familias.
El vínculo es especialmente relevante en cadenas como café y cacao, donde la demanda estadounidense por certificaciones y trazabilidad ha permitido que muchos de los pequeños y medianos productores se integren a esquemas más formales y accedan a mejores precios. Así, el mercado norteamericano no solo impulsa las exportaciones: también sostiene el tejido laboral y productivo que ha convertido al agro peruano en uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional.
Los puertos que conectan al agro peruano con Estados Unidos

El crecimiento sostenido de las ventas a Estados Unidos también descansa en una logística cada vez más eficiente. Entre enero y octubre del 2025, según datos de Fresh Fruit, el 99% de lo enviado a este destino salió por vía marítima y solo el 1% por vía aérea. Dentro del tráfico marítimo, DP World concentró el 35% de los despachos; Terminales Portuarios Euroandinos, el 31%; el Terminal Portuario General San Martín – Paracas, el 17%; y APM Terminals, el 16%.
En destino, la presencia peruana se ha expandido tanto en la costa este como en la costa oeste de Estados Unidos, reduciendo tiempos entre la llegada del contenedor y su colocación en el punto de venta. En la costa este destacan los puertos de Filadelfia (37%), Miami (13%), Savannah (9%) y Nueva York (7%); mientras que, en la costa oeste, los principales puntos de ingreso fueron Hueneme (7%) y Los Ángeles (6%). Esta red logística diversificada ha sido clave para sostener volúmenes crecientes y asegurar la frescura y consistencia que exige el comprador estadounidense.
En el caso específico de Hueneme, el puerto ofrece servicio directo con Paita, con entre siete y ocho días de viaje.
Dependencia, riesgos y el reto estratégico
Que Estados Unidos represente alrededor del 33% de todas las agroexportaciones peruanas es, al mismo tiempo, un pilar y una vulnerabilidad. El Perú compite en este destino con actores de escala global —México, Chile, Marruecos, Sudáfrica— que avanzan rápidamente en innovación varietal, logística y negociación comercial. Cada campaña es una disputa por espacio en el lineal, por semanas de ventana, por precios y por la continuidad que el comprador exige.
Las proyecciones de Fresh Fruit indican que, si el ritmo actual se sostiene, el Perú cerraría el 2025 con más de US$ 5,200 millones en envíos agrícolas hacia Estados Unidos, no solo un nuevo récord alcanzado y que consolidaría aún más la relevancia estratégica de este mercado, sino que equivaldría casi a todas las agroexportaciones del Perú del año 2017.
Sin embargo, este crecimiento también expone el riesgo de la concentración en un solo mercado: cualquier cambio regulatorio, sanitario o logístico en Estados Unidos tiene un impacto directo sobre miles de productores, plantas y trabajadores en el país.
El reto hacia adelante no es dejar de depender de Estados Unidos —porque es un destino de alta calidad, estable y altamente rentable—, sino promover más destinos y productos. Europa, Asia y Medio Oriente deberán absorber una proporción mayor del crecimiento futuro, mientras las empresas peruanas continúan fortaleciendo su posición en el mercado norteamericano.El Perú tiene hoy la oportunidad de sostener un ciclo agrícola expansivo. Pero en un contexto de volatilidad comercial, tensiones geopolíticas y competencia creciente, el desafío es doble: aprovechar el tamaño del mercado estadounidense sin quedar atrapados en su riesgo, y diversificar sin perder la especialización que ha llevado al agro peruano a competir entre los líderes del mundo.
