El espárrago es uno de los productos bandera del Perú. Fue introducido al país en 1950 para ser exportado. Sin embargo, no fue hasta 1980 que se empezó a desarrollar extensivamente para sustituir cultivos tradicionales por otros de exportación.
Desde el inicio de sus envíos, las exportaciones de esta hortaliza tuvieron un crecimiento sostenido. Sin embargo, durante los últimos años, el panorama cambió. Entre el 2015 y el 2017, los envíos de espárrago al exterior cayeron 5% en promedio cada año, lo que ocasionó que el Perú perdiera su posición como principal proveedor a nivel mundial frente a México. En el 2018, los resultados mejoraron, pues los envíos crecieron 14% en volumen, aunque no fue suficiente para recuperar su posición en el mercado internacional.
Este año, hasta octubre, las exportaciones de espárragos sumaron 99,497 toneladas por US$ 299 millones. En comparación con el 2018, los envíos crecieron apenas 2% en volumen y 5% en valor, y e esperaba que al final del año las exportaciones sean similares a las del 2018.
Con este panorama, surge la pregunta: ¿qué pasará con el espárrago peruano?
Poderoso caballlero
Las exportaciones peruanas de espárragos se concentran en Estados Unidos, al que apunta el 60% de los envíos. Esta dependencia ocasiona que el espárrago peruano se vea afectado por los cambios en este mercado.
La demanda de espárrago en Estados Unidos creció 10% en promedio cada año, durante los últimos cuatro años. Sus principales proveedores son México y Perú. Hasta el 2013, ambos enviaban volúmenes similares y competían por el primer lugar palmo a palmo. Sin embargo, a partir del 2014, la oferta mexicana se consolidó en el primer lugar, con 57% de participación. Durante los siguientes años, la brecha existente entre Perú y México siguió creciendo. En el 2018, la participación de México fue de 64%, y la del Perú, 35%.
En este mercado, México tiene ventaja. No solo por la cercanía, sino porque puede ofrecer menores precios. La hortaliza mexicana se cotiza en alrededor de US$ 2.70 el kilo, mientras que la peruana está en US$ 4.10. Si bien antes la diferencia de precio era compensada con una mejor calidad del producto peruano, hoy este elemento ha dejado de apreciarse, sobre todo tras la discusión sobre la presencia de altos niveles de cadmio en el producto peruano. Por ello, se empezaron a negociar nuevos protocolos fitosanitarios para el espárrago peruano, con estándares más altos.
Esta situación también se empieza a observar en otros países, en especial en los de la Unión Europea, que están poniendo más restricciones a los productos con presencia de cadmio.
Desafíos
Las dificultades que surgieron en el mercado internacional a partir del tema fitosanitario impactaron en las decisiones de las empresas exportadoras y de los productores. Hoy, ellos prefieren remplazar estos cultivos por otros más rentables, como ocurriera con el espárrago en los años ochenta.
Hasta el 2013, el número de hectáreas destinadas a la producción de espárrago aumentó sostenidamente (5% cada año desde el 2000) y llegó a 33,673. Sin embargo, luego, las empresas redujeron sus esfuerzos. En el 2018 se cosecharon 31,005 hectáreas.
A este problema se suma el menor rendimiento de las plantaciones. El espárrago tiene una vida útil de 15 años en el campo. Sin embargo, su periodo de mayor productividad es entre el año 4 y el 10. En la actualidad, los cultivos en producción tienen más de 10 años de antigüedad, por lo que su rendimiento está cayendo. En 2007 el rendimiento del espárrago fue de 12.1 toneladas por hectárea. Hoy, es de 11.3 toneladas por hectárea, 7% menos.
Ambos factores impactaron en la producción. Desde el 2013, cuando se produjeron 383,144 toneladas de espárrago, la cosecha de espárragos empezó a disminuir, después de haber tenido un crecimiento sostenido de 6% en promedio desde el 2000. El punto más bajo de producción se alcanzó en el 2018, cuando se obtuvieron 360,630 toneladas, la cifra más baja en los últimos ocho años.
Salen y entran
Los productos que están reemplazando al espárrago en las grandes agroexportadoras son el arándano, la palta y la uva. En Ica, principal zona de producción con 53% de participación, el espárrago está siendo remplazado por la uva, producto que tiene un margen de ganancia 4% mayor. En La Libertad, segunda zona más importante con 37% de participación, el espárrago está siendo remplazado por la palta y el arándano, productos que tienen un margen de ganancia 569% y 5% mayor, respectivamente.
Conclusión
La disminución de la producción y exportación del espárrago peruano responde a desafíos del mercado internacional como al rendimiento decreciente de los cultivos. Así las cosas, lo más probable es que los empresarios migren a otros productos de exportación. Gonzalo Casavilca, especialista agronómico de la empresa de fertilizantes Yara South Pacific, considera que, si el mercado internacional no mejora, lo más probable es que en el futuro cercano su cultivo se limite a aquellos valles donde las tierras son más salitrosas y donde los cultivos alternativos no son una opción.