Durante los últimos diez años, las exportaciones agrícolas peruanas han tenido un crecimiento extraordinario de 188%, pasando de US$ 2,462 millones en el 2009 a US$ 7,112 millones en el 2019. Gracias a ello, el sector agroexportador se convirtió en uno de los principales motores de la economía. Este año no fue diferente, a pesar del contexto de incertidumbre ocasionado por la pandemia, las agroexportaciones peruanas no dejaron de crecer y, según estimados de FreshFruit, el sector cerraría el año con un crecimiento de 2.4%.
Los resultados obtenidos fueron impulsados principalmente por el desarrollo de una nueva canasta agroexportadora liderada por las frutas. En el 2009, los principales productos peruanos exportados fueron el café y el espárrago, cuyos envíos apenas superaban los US$ 300 millones y representaban el 39% de participación en las exportaciones. En el 2019, los principales productos de la canasta agrícola fueron la uva, el arándano y la palta, con envíos que superaron los US$ 800 millones y con una participación de 34%. El cambio observado fue impulsado principalmente por tres factores: el incremento de la demanda, la buena acogida de los productos peruanos y la mayor oferta agrícola.
El Perú pasó de ser un proveedor en crecimiento, para convertirse en un referente de las agroexportaciones a nivel mundial. Actualmente, el país es líder en el mercado de arándanos, con 23% de participación, es el segundo proveedor más importante en el mercado de palta, con 12%, y es el cuarto proveedor más importante de uva, con 10% de participación, por mencionar a los tres productos líderes de la canasta. Además, durante los meses de campaña, la participación del Perú puede incrementarse por encima de 50%, dejando en evidencia la relevancia que tiene el país en las plazas internacionales cuando entra en acción. Esto ha ocasionado que se enfrente a nuevos desafíos, muy diferentes a los de hace una década, cuando el reto era incrementar campos para tener más volumen y ser atractivos a los compradores.
Seguir impulsando el sector es fundamental para desarrollar la economía peruana. De acuerdo con Alejandro Fuentes, presidente de AGAP, la relevancia del sector está en el impacto que tiene en el país. La actividad agrícola genera 4 millones de trabajos y significa el 57% de la actividad económica rural. Además, su desarrollo ha permitido reducir la pobreza del sector de 81.3% en el 2004 a 30.3% en el 2019, generando 881 mil empleos formales en los últimos quince años. Sin embargo, aún es un sector que falta ser formalizado, pues solo el 19.13% de él es formal, y esto se debe a que 99.4% de los actores que participan en la agricultura son familias o personas naturales.
DIVERSIFICACIÓN DE LA CANASTA AGRÍCOLA
Uno de los primeros desafíos señalados durante la presentación del Fresh Report por Luis Corvera, director general de FreshFruit, fue la falta de diversificación de la canasta agroexportadora peruana.
En el 2019, el Perú exportó más de 100 productos agrícolas entre frutas, hortalizas y granos. De estos, tres concentraron el 34% de los envíos, mientras que los diez primeros agruparon el 64%. Este resultado demuestra la alta dependencia de las exportaciones agrícolas de un puñado de productos.
El desafío señalado también se observa a nivel de variedades. Más de un tercio de las exportaciones por producto se concentra en una sola variedad, lo que impide crear una oferta que se ajuste a la demanda de los diferentes mercados. En el caso de la uva, el 43% de los envíos son de la variedad Red Globe, cuando el mercado mundial empieza a exigir nuevas variedades sin semilla. De la misma forma, el 81% de las exportaciones de arándano se concentraron en las variedades Ventura y Biloxi, que no son los tipos de la fruta que más se valoran en el mercado internacional.
Este desafío también fue mencionado por Eduardo Chávarri, director general de Promoción Económica del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien señaló que se debe trabajar de manera colaborativa para diversificar la canasta agroexportadora peruana, integrando a las pequeñas y medianas empresas del sector. Además, señaló que desde el Ministerio están trabajando de manera colaborativa con otras instituciones nacionales e internacionales para seguir llevando los productos peruanos a otros mercados.
ALTA CONCENTRACIÓN DE MERCADOS
Otro desafío señalado fue la alta concentración de las exportaciones peruanas en una cantidad reducida de mercados.
En el año 2009, el Perú llegó con sus exportaciones agrícolas a 121 mercados; sin embargo, concentró sus envíos en solo dos de ellos: Estados Unidos y los Países Bajos, los cuales tuvieron una participación conjunta de 43%. En el 2019, a pesar de que el Perú incrementó en 10% sus destinos (131 mercados), se elevó a 57% el nivel de concentración de sus exportaciones en Estados Unidos y los Países Bajos.
El problema de la alta concentración de mercados se traduce en fluctuaciones significativas en los precios en los principales productos exportados. En el caso de la uva, por ejemplo, más del 53% de los envíos se concentran en Estados Unidos y los Países Bajos. Esto, sumado al crecimiento constante de las exportaciones, ocasionó que en los últimos años los precios de la fruta sufrieran una caída de precios de US$ 2.42 por kilo en 2017 a US$ 2.33 por kilo en 2019.
Una concentración incluso más elevada se observó con el arándano. El 78% de las exportaciones de arándano en el último año se concentró en Estados Unidos y los Países Bajos. En estos mercados se empezó a observar una sobreoferta peruana que ocasionó una caída de los precios de US$ 8.40 por kilo en el 2017 a US$ 6.61 por kilo en el 2019. Este problema podría ocasionar una caída del valor exportado del berry en los próximos años, por eso es necesario empezar a buscar nuevos mercados y oportunidades para conseguir mejores precios. Estas caídas golpean sobre todo a los nuevos productores, que invierten con la expectativa de precios que no conseguirán porque ellos mismos contribuyen a inundar el mercado.
La palta también sufrió un problema similar. El 60% de sus envíos se concentraron en Estados Unidos y los Países Bajos. En el 2018, la sobreoferta peruana de la fruta ocasionó una caída de precios de 14% hasta llegar a US$ 2.01 por kilo. Esto afectó a un gran número de empresas peruanas, que decidieron modular sus exportaciones para incrementar el valor de su producto hasta US$ 2.41 por kilo en el 2019. Para seguir creciendo sin afectar los precios, es necesario seguir modulando las cosechas y buscar nuevas plazas que ofrezcan mejores precios y tengan una demanda creciente.
En esta línea, el Perú debe buscar oportunidades en nuevos mercados para seguir desarrollando el sector agroexportador. Miguel Quevedo, jefe nacional del Senasa, mencionó que la institución está trabajando para contribuir a superar este desafío evitando el ingreso de plagas cuarentenarias al país y mejorando las condiciones de acceso de algunos productos como el espárrago o la granada. Asimismo, señaló que en los próximos meses espera concretar el acceso de productos peruanos a países de América, Asia y Oceanía.
INTELIGENCIA COMERCIAL PARA EL AGRO
Frente a los desafíos señalados, Corvera recomendó la especialización del agro y de las empresas a nivel de inteligencia de mercado.
Los productos peruanos ya demostraron ser competitivos y de alta calidad, el siguiente paso es lograr seguir creciendo sin afectar su valor. El Perú ya no es un proveedor buscando encontrar un espacio en el mercado mundial, ahora es un referente cuyas decisiones tienen un gran impacto. Para seguir desarrollando las agroexportaciones, será necesario que las empresas empiecen a especializarse, usando inteligencia comercial para identificar las preferencias de los consumidores, y adecuar su oferta e identificar las mejores oportunidades que ofrecen los diferentes mercados. Diversificar productos, variedades y destinos. El crecimiento no será fácil.