La fresa es una de las frutas de mayor popularidad a nivel global. Es considerada como el fruto rojo más popular, no solo por su gran consumo en los principales mercados internacionales, sino también por ser uno de los más exportados por parte de grandes productores como China y en menor medida por los Estados Unidos.
En el Perú, la fresa aún es un cultivo de mediana producción que no ha logrado despegar. En la actualidad, se contabilizan aproximadamente 4,000 hectáreas dedicadas al cultivo de este fruto rojo. El 75% de estás áreas se encuentran en el llamado “norte chico” (Huaral, Barranca, Huacho, Cañete y Huaura), mientras que las zonas restantes se encuentran repartidas en la sierra peruana.
Después de un 2022 bastante problemático debido al aumento de la oferta a nivel internacional, el aumento de las materias primas necesarias para el cultivo de este producto y la caída de los precios obtenidos especialmente para finales de año, la fresa parece repuntar satisfactoriamente en el 2023. Hasta octubre de este año los envíos de fresa totalizaron 24,284 toneladas por un coste de US$ 41 millones. Esto significó un crecimiento del 30% en el volumen y 17% en el valor. Resultados positivos considerando el contexto negativo que ha presentado el sector agroexportador a lo largo del 2023.
Con respecto al precio, este no ha logrado remontar la tendencia a la baja. En promedio, el exportador peruano recibió US$ 1.69 por kilogramo, 10% menos que la temporada anterior. Esta caída responde a los mayores volúmenes ofertados por el Perú y a la fuerte competencia en el inicio del año que produjo una caída importante en los precios. Sin embargo, su valor se viene recuperando satisfactoriamente en los últimos meses. En los picos de septiembre y octubre se observó un precio promedio de US$ 1.86 por kilogramo, 16% mayor a lo obtenido a inicios de la temporada. Eso respondió a las irregulares campañas a nivel internacional que abrieron oportunidades a la fresa peruana en los principales mercados del mundo.
En la actualidad, la fresa peruana enfrenta varios problemas graves. El que lleva más tiempo arrastrando es el uso de variedades no muy atractivas comercialmente y con tendencia a baja productividad. Además de ello, existe graves descoordinaciones en toda la cadena de valor. Este producto se mueve principalmente por agricultores independientes que pueden no tener los datos claros en la toma de sus decisiones, lo cual también genera cierta desconfianza con el procesador y los precios que ofrecen, dificultando aún más la dinámica comercial.
DINÁMICA INTERNACIONAL
El mercado norteamericano continúa siendo la principal región importadora de la fresa peruana. Sin embargo, en esta región no se obtuvieron resultados positivos. En los Estados Unidos, la fresa peruana redujo sus envíos en más de 13%. Con respecto al precio, este también retrocedió en 13%. La caída en este destino respondió más a decisiones comerciales pues el exportador peruano encontró mejores precios en otras plazas. Además, varios factores, entre ellos el huracán Otis, han provocado que varias campañas se retrasaran generando que se crucen parcialmente con los picos de envíos peruanos. Esta situación no parece que mejorará en los siguientes meses, debido a que se aproximan muchas de las grandes campañas que tienen como destino los Estados Unidos. Por su parte, la situación en Canadá fue mucho más positiva: en ese país los volúmenes aumentaron en 32%; sin embargo, este aumento presionó a la baja el precio, obteniendo apenas US$ 1.61 por kilogramo (9% menor al año anterior).
La gran sorpresa de este año fueron los envíos hacia Guatemala. Este país se convirtió en el tercer importador más grande de fresa peruana, con cerca de 3,867 toneladas por un valor de US$ 6 millones. Cifra bastante impresionante considerando que hasta el año pasado no se registraban envíos significativos hacia este país. La empresa que generó la apertura a este país fue Mebol S.A.C. Con este éxito se espera que más empresas se animen a diversificarse en Centroamérica.
Los envíos para el continente asiático también fueron bastante positivos. Hacia Japón los despachos aumentaron en 19%, marcando
una tendencia en el crecimiento de los volúmenes que no parece retroceder. Sin embargo, los precios han compensado este aumento de la oferta peruana, retrocediendo a US$ 2.09, 6% menor al año anterior. En Corea del Sur la situación es similar, en este país la importación de la fresa peruana aumentó en 35% en volumen, pero el precio retrocedió en 5%, cotizándose a US$ 1.97 por kilogramo.