El Perú pasó de ser un actor emergente para convertirse en el líder mundial en exportaciones de uva de mesa, desplazando a competidores históricos como EE.UU. e Italia y posicionándose como el principal referente en la contraestación de los grandes productores del hemisferio norte, siendo los principales meses de la uva peruana desde septiembre en adelante.
Este liderazgo se sustenta en una estrategia integral que combina adopción masiva de variedades licenciadas de alta productividad, un recambio varietal agresivo hacia uvas blancas sin semillas, un manejo hídrico de precisión en zonas áridas —que transformó a Piura en una de las regiones de producción más reconocidas a nivel mundial— y una estrategia comercial centrada en las ventanas de mayor rentabilidad, especialmente hacia el mercado estadounidense.
Hoy, el Perú no solo lidera el ranking global en volumen y valor FOB —con campañas que ya superan los US$ 2,000 millones en exportaciones—, sino que también ha logrado diversificar su alcance, enviando uva a más de 40 destinos internacionales.
A nivel global, el comercio de uva fresca supera los US$ 12,000 millones anuales, con Estados Unidos, la Unión Europea y China como principales polos de consumo. No obstante, la creciente competencia y la presión a la baja sobre los precios obligan a los exportadores peruanos a perfeccionar cada eslabón de la cadena: desde la planificación varietal y el control fitosanitario, hasta la logística portuaria y la negociación con supermercados internacionales.

ALISTANDO EL INICIO DE LA CAMPAÑA DE UVA
La nueva campaña 2025/2026 iniciaría en octubre oficialmente y las proyecciones preliminares son optimistas. En un escenario base, se espera un crecimiento del 9% en valor FOB; en un escenario negativo, condicionado por el clima o la sobreoferta internacional, el incremento podría limitarse a 5%; y si las condiciones comerciales y productivas se alinean favorablemente, el sector podría alcanzar hasta 15% de crecimiento, superando los US$ 2,300 millones en exportaciones y reafirmando la hegemonía peruana en el mercado mundial de la uva de mesa.
Como todos los años, el liderazgo peruano en uva deberá enfrentar los riesgos concretos del factor climático como principal amenaza, especialmente por la vulnerabilidad de zonas clave como Piura ante fenómenos como El Niño o La Niña, que pueden afectar calibres, calidad y volúmenes. A esto se suma la recuperación productiva de competidores directos, como Chile (+14% en su última temporada) y China (+21%), que presionan a la baja los precios en mercados estratégicos.
La principal fortaleza peruana se ha dado con entender al consumidor y las variedades que consumen. El cambio varietal ha sido, y seguirá siendo, la principal herramienta para competir. En la última década, el porcentaje de hectáreas con variedades patentadas pasó de 16% a casi 75%, con más de 60 variedades de exportación adaptadas a las tendencias globales, donde domina la preferencia por la uva blanca sin semilla.