Luego de ocho meses de campaña, los envíos semanales de arándano fresco no han podido superar la barrera de las 15,000 toneladas; mientras que, para estas fechas del año pasado, ya habían rebasado las 20,000 toneladas exportadas. Este escenario desalentador para el producto ha continuado su tendencia y se espera que así siga en las próximas semanas.
En esta última semana, las remesas de la fruta sumaron 10,123 toneladas, lo cual pese a ser 16% mayor que el año pasado, fue 7% menor que la semana previa. Sin embargo, cabe resaltar que este crecimiento positivo con respecto al año pasado no sería nada más ni nada menos que los resultados de esta temporada atípica del arándano peruano, pues dado al retraso que ha presentado esta campaña, la brecha —comparada a la anterior— se vuelve más amplia.
En la semana, el producto llegó a 17 destinos, de los cuales los principales fueron los Estados Unidos, con el 59% de participación (5,941 toneladas); seguido por los Países Bajos, con 24% (2,462 toneladas), y el Reino Unido, con 7% (705 toneladas).
En cuanto al acumulado de toda la campaña, los tres principales compradores han sido los Estados Unidos, los Países Bajos y China. Todos ellos han sufrido grandes desplomes en lo que va de la temporada. Con respecto al país norteamericano, este ha tenido una caída de 38%, quedándose por debajo de las 95,000 toneladas compradas, comparado con las 150,000 del año pasado. Por su parte, los Países Bajos tuvo una caída de 41%, con un total adquirido de 40,190 toneladas. Cerrando el podio, el gigante asiático también tuvo una caída del 36%, llegando a las 15,000 toneladas importadas de arándano de procedencia peruana.