El 4 de marzo, los medios locales anunciaron la aparición de un ciclón en el mar de la costa norte peruana. Denominado Yaku, este fenómeno climático generó fuertes precipitaciones en la costa de Tumbes y Piura para, con su desplazamiento posterior hacia el sur, afectar también a Lambayeque y La Libertad. Pero Yaku es parte de una serie de fenómenos climáticos que se han observado en estos meses y que han demostrado cuán frágil es el país ante estos eventos. Las fuertes lluvias no solo se han experimentado en la costa, sino también la sierra norte y central, por lo que en estos días se observa el desborde de ríos y la aparición de huaycos.
Las consecuencias de las altas temperaturas y las lluvias constantes afectan de muchas maneras. Se reportan varios fallecimientos y las perdidas materiales son cuantiosas. Muchas viviendas han sido devastadas debido a los desbordes de los ríos y las inundaciones. Y la agroexportación no es ajena, viéndose afectada de diferentes formas. Esto es especialmente grave en la costa norte del país, la zona más importante de la agroexportación y donde se encuentra Paita, el segundo mayor puerto del Perú.
Las lluvias han causado estragos en los campos de cultivo. Hasta el día de la publicación de este artículo, los gobiernos locales reportan cerca de 24,000 hectáreas de cultivo afectadas y aproximadamente 11,500 hectáreas completamente perdidas. Aunque en su mayoría se trató de cultivos destinados para el consumo interno —como el arroz—, también hay reportes de daños en siembras de productos en campaña exportadora como el arándano, la palta y el mango. Esto es especialmente cierto para los cultivos de tallo bajo o de calibres pequeños, pues los campos se inundan generando su pérdida.
El daño a los cultivos no solo se dará por el impacto inmediato de las inundaciones sobre la planta, sino que hay efectos posteriores por la presencia de plagas que tienen en la abundancia de agua y el calor un sitio ideal para reproducirse. Esto mermará directamente el volumen de producción que conseguirán los sembríos; además, el uso de pesticidas para combatir estas infestaciones posiblemente afecte la calidad de los productos (sin contar la desprotección de los orgánicos que no pueden usar pesticidas), factor clave para la agroexportación.
Las consecuencias podrían verse a más largo plazo de lo que aparenta, la calidad del suelo en muchos cultivos se verá muy afectada debido a las inundaciones y el abuso de los pesticidas. La recuperación de estos terrenos puede tardar varios años, reduciendo los campos disponibles para la producción. En el 2017, tras la aparición del Fenómeno El Niño, muchos campos tardaron entre dos y tres años en recuperarse.
El transporte es otro punto importante para considerar. Las fuertes lluvias han hecho intransitables los principales distritos agrícolas del país y entorpecen gravemente la llegada de los camiones de producto a sus destinos. Un claro ejemplo es el desborde del Río La Leche, que ha impedido la comunicación entre el departamento de Lambayeque y sus vecinos. Este caso se replica en otros departamentos como Piura, en donde el río del mismo nombre ha generado problemas de circulación entre sus distritos.
El problema de las pistas inundadas no solo afecta la llegada del producto, sino también perjudica el arribo de los trabajadores a los campos de cultivo para realizar sus labores de producción. Esta combinación de factores ha provocado que mas de 28 agroexportadoras detuvieran sus operaciones en estos días, entre ellas grandes empresas como Danper y Hortifrut en la región de La Libertad. Esto se dio especialmente debido a la ruptura del canal madre del sistema de irrigación de Chavimochic.
En este mismo sentido, Paita es el distrito que alberga el principal puerto del norte peruano y fue especialmente golpeado por la llegada del ciclón. La mayoría de sus calles se vieron inundadas impidiendo el libre tránsito, perjudicando el arribo de mercancías al puerto. Además, debido a los fuertes oleajes, en reiteradas ocasiones se ha cerrado el puerto temporalmente para evitar posibles accidentes que ocasionen perdidas humanas. Desde la presencia de las fuertes precipitaciones se observa una caída del 18% en los envíos mediante este puerto. Ello representa una reducción significativa en un momento tan importante para productos como el mango o la palta.
PRODUCTOS EN RIESGO
En el caso de la palta, la cosecha ya había iniciado en Chiclayo y Trujillo pero debido a las fuertes precipitaciones peligra el mayor volumen de hectáreas de palta en el país. Según representantes de la Asociación de Productores y Exportadores de Palta Hass del Perú, hay más de US$ 600 millones en peligro debido al ciclón Yaku. Los mas perjudicados serían los pequeños productores, debido a la falta de sistemas de drenaje en sus cultivos.
Con respecto al mango, este ha visto afectado sus remesas en casi 20%. En estos meses del año, la mayor parte de los envíos tienen como origen provincias como Casma o Santa. Y si al problema climático se suma los bajos precios que obtenían en esta campaña y los problemas de accesibilidad que tienen hacia los puertos, pues más del 75% de su producción sale por vía marítima, hay un riesgo enorme para su sostenibilidad.
El limón es un producto que también ha visto mermada su productividad. Al ser un arbusto con un tallo que rara vez supera los tres metros y medio, las inundaciones han perjudicado los cultivos fuertemente. Además de que la mayoría de su producción se encuentra en la costa norte peruana, su distribución se ha complicado no solamente para la exportación, sino también para abastecer el mercado interno. Los precios mayoristas de este producto se han reportado en cerca de US$ 8.7 por cajón en ciudades como Lima, casi el triple de su precio habitual.
El antecedente más inmediato de una precipitación parecida fue el Fenómeno El Niño en el 2017. En aquella ocasión se perdieron 35,000 hectáreas con más de S/ 900 millones en perdidas. Hoy aún no se ha confirmado la presencia de este fenómeno, pero la probabilidad ha aumentado significativamente. De materializarse, el efecto sobre el agro será aún mayor. Por lo tanto, es importante poner énfasis y encaminar medidas preventivas para las futuras inclemencias de la naturaleza, pues incluso si se descarta un Fenómeno El Niño este año, tarde o temprano llegarán.