¿Qué esperar de la agroexportación el 2023?

“FreshFruit estima un crecimiento base del 8%. Sin embargo, eso no incluye el efecto que pueda tener la conflictividad política y social.”

De acuerdo con los estimados de FreshFruit, el 2022 el sector agroexportador habría cerrado el año con un crecimiento cercano al 12%, y para el 2023 se espera un aumento base de 8%, con alrededor de US$ 10,600 millones exportados. Este escenario incluye una serie de factores como los altos precios logísticos y la desaceleración de la demanda mundial, pero no incorpora las crisis políticas y sociales que se enfrentan en el interior del país y que han iniciado desde los primeros días de este año.

Habría que precisar, además, que las perspectivas positivas que se tienen para este 2023 responden al resultado de inversiones previas llevadas a cabo en el sector para la ampliación de extensión agrícola y que, desde el 2021, se han paralizado para concentrarse solo en inversiones de mejora en productividad y eficiencia de costos. Un cambio que responde a la necesidad de optimar rentabilidad en un entorno de mayor competencia, regulación local más exigente (incluso superior a la de los países competidores), mayores costos logísticos y de fertilizantes, así como una contracción de la demanda.

De no darse cambios en algunas de estas variables que favorezcan la reducción de costos, incrementen la demanda o incentiven las inversiones, las tasas de crecimiento de largo plazo tenderán a la baja.

Actualmente, los cuatro productos que lideran la canasta agroexportadora son el arándano, la uva, el café y la palta, representando casi el 52% del valor total enviado. Para el 2023 se tiene la expectativa de que estos cuatro productos vuelvan a liderar dicha canasta y mantengan una participación similar a la obtenida en el 2022, con excepción del café, que posiblemente sea el único de ellos que perdería peso por el fuerte ajuste en su precio ante la recuperación de la oferta.

PERSPECTIVAS GENERALES

El 2022 cerró con fuertes conflictos sociales que perturbaron gravemente el despacho de los productos, debido al cierre de las carreteras y el impedimento de cosecha que tuvieron los productores. Productos como el arándano, que estaban aún en la parte alta de su campaña, se vieron muy afectados. Esto ha generado que las empresas agroexportadoras se vieran obligadas a mantener el fruto en la planta y reorganizar los tiempos de cosecha y los envíos. Debido a esto, se prevé que las remesas de arándano sean mayores durante el primer trimestre del 2023, más de lo esperado. Este producto en el último año cerró con un total aproximado de 292 mil toneladas por un valor de US$ 1,405 millones.

A pesar de que los precios internacionales del arándano están a la baja (alrededor de US$ 5.6 el kilogramo en el 2022), se espera un año positivo para el producto. Esto no es solo debido al gran incremento que se dará en los tres primeros meses del año, sino también a que en el segundo semestre muchos nuevos cultivos de arándano entrarán en producción. Con ello, se proyecta un crecimiento en el volumen de los envíos de alrededor del 25% superando las 365 mil toneladas. Sin embargo, el aumento del valor no estará al mismo nivel, debido a la caída de los precios, proyectándose en un escenario normal que se acerque a los US$ 1,700 millones (21% mayor al 2022).

El 2022 también fue un año positivo para la uva, enviando aproximadamente 541 mil toneladas por un valor de US$ 1,418 millones. Para el primer trimestre del 2023 se espera que SENASA aperture el mercado chileno, israelí y japonés, generando nuevas opciones de colocación del producto. Con ello se esperaría exportar más de 600 mil toneladas en el 2023, proyectando un crecimiento del 11% en volumen exportado. Sin embargo, hay expectativa de que la racha de crecimiento en el precio se detenga debido al estancamiento en la demanda internacional, con lo cual el valor de los envíos solo crezca en alrededor del 10%, alcanzando los US$ 1,560 millones.

El café fue un producto que sorprendió en el año 2022, pues con solo 247 mil toneladas registró exportaciones por US$ 1,286 millones. Ha sido la primera vez que este producto del agro tradicional rompe la barrera de los US$ 1,000 millones exportados. El incremento acelerado de sus precios en el primer semestre del año generó aumentos en el valor de los envíos de más del 300%. Sin embargo, el precio se ha visto fuertemente reducido en los últimos meses del 2022. Esto genera expectativas menores sobre lo bien que le irá a este grano en el 2023. Además de ello, no existe registro de un incremento significativo de nuevos campos que entren en producción en esta campaña y se espera que la oferta internacional del grano se recupere, generando aun una mayor caída del precio. Con ello, se prevé que los envíos se aproximen a las 252 mil toneladas por un valor de US$ 1,247 millones, 2% mayor en volumen, pero 3% menor en valor.

La palta, por su parte, cerró el 2022 con un total aproximado de 643 mil toneladas por un valor de US$ 1,066 millones, siendo un año representado por los bajos precios obtenidos por el producto. Todo indica que en el 2023 el fenómeno se repetirá debido al incremento de la oferta en la región. Países como Colombia mantienen la expectativa de un crecimiento del 40% en el volumen de sus envíos durante el 2023. En contraposición, el SENASA espera abrir nuevos mercados para la palta peruana, esperándose que para inicios de este año, tanto Malasia como Filipinas reciban los primeros envíos de palta. Bajo este contexto, se tiene confianza en que el producto tenga resultados cercanos a los obtenidos en el 2022, colocándose 740 mil toneladas (15% más que en el 2022) por un valor aproximado de US$ 1,066 millones (valor similar al año anterior). Este resultado se daría principalmente por la caída del precio, debido al aumento de la oferta internacional, especialmente en el mercado europeo.

¿Se darán todos estos resultados? Solo resta esperar y validar.


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